Una educación común que reconozca, valore y se ajuste a las características de cada uno de ellos. Un alumno que no tenga necesidades especiales se enriquece en un aula inclusiva. Se convierte en más tolerante y comprensivo a las dificultades de los demás. Les hace más colaborativos y empáticos a los problemas.
Qué mejor que la inclusión sea en un laboratorio, este espacio es para MUCHOS ESTUDIANTES el lugar perfecto para poder aclarar ideas o poder volar en su imaginación, se les activa la fiebre del ¿Por qué, para qué, etc...?, dándoles responsabiliades entran a un mundo de confianza donde lo `pueden hacer todo...
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